Cómo enfrentarnos a un trauma del pasado

Superar el miedo causado por un trauma es posible si nos enfrentamos a la causa del propio miedo. En este artículo os voy a contar cual fue la causa del mío y los 3 pasos que seguí para poder hacerle frente.

El accidente en el río

Cómo ocurrió

En el verano de 1988, mientras hacíamos una excursión por el río, mi hermano y mi primo le preguntaron a mi padre si podíamos bañarnos y como hacía mucho calor, él accedió. El agua nos llegaba por las rodillas, así que no parecía haber ningún peligro. Además él estaba allí, vigilándonos. Pero justo en el momento en que se alejó a saludar a unos conocidos, a mi primo se lo llevó la corriente en dirección opuesta. Sin decir nada, corrí a por él pensando que podría sacarle sin que mi padre se enterara de que le habíamos desobedecido. Pero no tuve la suficiente fuerza y la corriente nos llevó a los dos. El agua nos cubrió por completo y él se agarraba a mí con tanta fuerza que yo no podía salir.

Qué sensaciones tuve al saber que me iba a ahogar

No pude contener más la respiración y empecé a tragar agua. Recuerdo que mi corazón se aceleró por la asfixia y sentí mucho miedo. Pero curiosamente, pasé de la agitación a la calma en un instante sintiendo como si todavía tuviese algo de aire en mis pulmones. Fue cómo si me invadiese una paz repentina que eliminó toda ansiedad.

Recuerdo aquel momento como algo extraordinario. Todo era silencioso y el agua estaba turbia, pero aun así podía ver el cauce fangoso del río, las raíces de los árboles, las rocas y los peces rodeándonos. Recuerdo incluso que, justo allí, había sumergido un viejo coche víctima de algún antiguo accidente. Por alguna razón, aquel receso de mi mente me dio las fuerzas necesarias para sacar la cabeza y tomar aire para no ahogarme.

Volví a hundirme porque el agua nos cubría, nos arrastraba y no había lugar donde agarrarse. Me sentía exhausta y a punto de rendirme cuando de repente vi que había gente tirándose al agua. También vi a mi padre entrar corriendo a por nosotros. En aquel instante supe que estábamos a salvo.

Cómo nos rescataron

De pronto, sólo recuerdo que estaba fuera del agua, recuperando la respiración y con mucha presión en el pecho. A mi lado estaban mi hermano y mi primo pero de mi padre no había ni rastro. Así que llorando desconsolada les dije a aquellas personas que por favor le buscaran en el río porque yo le había visto entrar a por nosotros y no había vuelto a salir. Dos hombres se lanzaron inmediatamente y estuvieron buceando para ver si le encontraban, pero tardaron demasiado.

Después de una eternidad, apareció uno de los hombres con el cuerpo inerte de mi padre en brazos. Le tendieron en el suelo y no reaccionaba. Recuerdo que le hicieron el boca a boca pero seguía sin moverse. Hasta que después de algunos minutos reanimándole, lo taparon con su propia camisa, al parecer había pasado demasiado tiempo sumergido…

Pero de repente, mi padre empezó reaccionar, se puso a toser y a tirar agua por la boca e inmediatamente se lo llevaron al hospital.

Qué le pasó a mi padre

Afortunadamente, aunque tuvo que pasar varios días en la UCI, su recuperación fue favorable y no tuvo secuelas. Así que realmente aquello fue un milagro al que estoy muy agradecida porque de algún modo, marcó un antes y un después en nuestras vidas.

El incidente en la piscina

Como cambió mi relación con el agua

Como ya os imaginaréis, después de aquel accidente, el agua dejó de gustarme bastante, especialmente el río y la playa por el hecho de tener corrientes. Aunque la piscina me resultaba más segura, incluso llegué a apuntarme a la escuela de verano el año siguiente, con tan mala suerte que allí tuve otra mala experiencia.

Resultó que un compañero me hizo la broma, sin ninguna gracia, de cogerme y mantenerme debajo del agua sin soltarme durante no sé cuánto tiempo. Tanto fue así, que salí del agua semi-inconsciente, con asfixia y con un fuerte dolor en el pecho. Recuerdo que sentí muchísima rabia hacia él y lástima de mí. Y en aquel preciso instante supe que mi miedo se había convertido en fobia y que mi relación con el agua había cambiado.

 

Cómo superar el miedo causado por un trauma

El miedo está en la mente

La mayoría de los miedos son creados por nuestra mente, aunque si somos capaces de entender que no son reales y que efectivamente sólo están ahí, lograremos superarlos sin ningún problema.

Tal y como dice Sergi Torres

“La abundancia es un estado mental en el que de lo único que se carece es de miedo”

Lo cual significa que sin miedo seremos abundantes en todos los sentidos que nos propongamos.

Para entender mejor el concepto de miedo, te dejo un vídeo en el que realizo una explicación sencilla del miedo y de sus mecanismos, así como los 3 pasos que yo seguí para superarlo, te va a encantar 🙂

 

Los 3 pasos que se necesitan para superar el miedo causado por un trauma

  1. Pensar en todas las cosas que te estás perdiendo a causa de ese miedo: de ese modo consigues una motivación más grande que el miedo
  2. Planear como salir de la zona de confort para pasar a la acción. Aunque ten en cuenta que tu mente te jugará malas pasadas poniéndote excusas y auto-engañándote para no tener que hacerlo. Llegado a este punto, no escuches a la mente y haz caso a tu corazón.
  3. Enfrentar la causa del miedo con valentía: Una vez estés delante de la propia causa del miedo, es imprescindible confiar y pensar que nada puede hacerte daño.

 

Superar el miedo supone una LIBERACIÓN que te permite volver a sentirte cómodo en la misma situación que antes te angustiaba. Os invito a intentarlo porque realmente SE PUEDE, yo he podido, de hecho, hoy puedo decir que he vuelto a nadar, a divertirme y a disfrutar en el agua, algo impensable hace sólo unos años.

 

Fotografía cedida por: Tim Marshall