¿En alguna ocasión habéis sentido cómo si una fuerza superior a vosotros os uniera a otra persona nada más conocerla? Estos lazos tan fuertes se llaman vínculos afectivos y os voy a contar la última vez que establecí uno.
Resulta que hace apenas 3 meses, nació mi primer sobrino y la sensación que más me impactó fue la unión instantánea que se produjo nada más mirarle a los ojos. Así que este fue el motivo por el que me decidí a descubrir qué existe detras de los vínculos afectivos.
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¿Qué son los lazos emocionales?
Los vínculos afectivos son cadenas invisibles que unen a las personas por medio del afecto pero ¿Ocurre porque nos une la misma sangre? ¿Existe algo de mágico en ello? o ¿Es algo simplemente instintivo?
En realidad, nada sabemos al respecto de cómo se generan dichos lazos afectivos, de cuándo comienza la vinculación afectiva, cuáles son los tipos de vínculos afectivos que existen o qué relaciones afectivas se establecen, por eso, he decidido indagar más sobre estas cuestiones.
Si te apetece descubrir cosas sorprendentes sobre los vínculos afectivos interpersonales, sigue leyendo.
La teoría del vínculo afectivo
Existe una teoría del vínculo afectivo, que fue elaborada por el Psicólogo Bowlby, por la cual se establece que la seguridad, el temor o la ansiedad de un niño vendrá determinada mayormente por la presencia, el comportamiento interactivo y la proximidad de la madre.
Posteriormente, la doctora Ainsworth también encontró algunos patrones de comportamiento, derivados de la calidad de las relaciones entre madre e hijo.
Apego seguro
Ella concluyó que la estabilidad y la capacidad de prevenir las reacciones de los cuidadores, permiten al niño establecer un apego seguro. Lo cual significa que, no lloran mucho y están contentos cuando exploran en presencia de su madre.
Los niños con apego seguro serán adultos:
- Autónomos
- Seguros de sí mismos
- Equilibrados, sin problemas graves.
Apego inseguro
La inestabilidad y poca previsibilidad de las reacciones de la madre, producen en el niño un apego inseguro. Lo cual provoca 2 tipos de comportamiento:
- Llanto, incluso en brazos de la madre
- Ausencia de muestras de afecto o conductas diferenciales en presencia de su madre
Los adultos con este tipo de apego tendrán:
- Menor autoestima
- Dificultad para establecer un vínculo emocional, lo cual significa que sus relaciones serán dependientes, a la vez que distantes.
- Predisposición a sufrir depresión.
Tipos de relaciones afectivas
Recién nacido
Desde que nacemos, necesitamos el contacto físico (ser acunados, protegidos y cuidados) así como el psíquico (recibir cariño a través de las palabras y los gestos) sobre todo de nuestra madre (O figura principal de apego)
Se trata de una necesidad biológica o primaria que se manifiesta a través de 5 conductas innatas:
- Succión
- Sonrisas reflejas
- Balbuceo
- Llanto
- Necesidad de ser acunado
Estas conductas le sirven como estrategia para vincularse con sus padres, y no dudarán en emplearlas, ante la mínima interpretación de separación. Para el bebé, sus padres son la base de su seguridad, su desarrollo físico y emocional, por eso es tan importante su proximidad.
Este vínculo, por tanto, reforzará su autoestima desde la base, le posibilitará explorar su mundo exterior y a tener su propia autonomía.
A destacar que, ante una falta de interacción suficiente, los vínculos afectivos entre recién nacidos y sus madres, no se crearán.
Primera infancia
Los vínculos afectivos en la primera infancia también van enfocados a aportar estabilidad en el niño, ya que éste carece de capacidad para regularse emocionalmente. Para aprender a hacerlo, el niño necesitará el contacto con su cuidador (Abrazos, sentirse acunado) y el diálogo (palabras de calma y tranquilidad) Para comprender las necesidades del niño, que todavía no puede expresarse con palabras, el criador deberá tener una alta empatía y sensibilidad.
También es en la primera infancia cuando se construye la confianza del niño por lo que ofrecerle seguridad es vital para él. No se trata de tenerle en una burbuja para evitarle daños, sino de generar relaciones sólidas, donde pueda acudir ante cualquier problema.
En esta etapa, el desarrollo cerebral del niño también es prioritario, por ello requerirá de los estímulos necesarios para ello.
Familia
La relación con las personas de nuestra familia más cercana, configurará nuestro mundo interior. Y será de dichas relaciones, de las que percibiremos sensaciones, pensamientos, afectos y motivaciones, las cuales registraremos como experiencias a través de los recuerdos. Generalmente, pasamos la mayor parte del tiempo con nuestra familia, por lo que el modo de vernos a nosotros mismos, será un reflejo de cómo nos ve nuestra familia más cercana. Estas formas de vernos suelen persistir en la edad adulta, ya que continúan operando como creencias inconscientes
Por lo tanto, los vínculos afectivos en la familia nos permiten construir nuestra forma de pensar, de vernos a nosotros mismos, de desarrollarnos y de integrarnos en la sociedad.
Pareja
Una pareja se establece cuando dos personas tienen un objetivo común, porque se complementan y para cubrir unas necesidades, ya sea afectivas, sexuales, de seguridad, de valoración o incluso de procreación.
Una de causas principales de la vinculación afectiva de pareja suele ser el instinto sexual o el deseo de tener hijos. Aunque también, como seres emocionales que somos, necesitamos de la ternura, las caricias y la complicidad que formaría parte de las necesidades afectivas. Influirá también la necesidad de aprobación o reconocimiento, que vendrá por una falta de amor propio. Sin olvidar, la sensación de protección o seguridad que nos proporciona tener a alguien al lado. Y otro factor muy importante que nos empuja a estar en pareja, suele ser la regulación emocional que nos ofrece la otra persona.
Es sorprendente descubrir también que, a nivel biológico, la pareja ayuda a calmar la respiración, regular la presión sanguínea, la el ritmo cardiaco y hasta los niveles hormonales.
En definitiva, lo que nos vincula a una pareja sana serán los siguientes aspectos:
- Desarrollo personal
- Aumento de energía
- Satisfacción
- Afinidad (Sensación de ser un equipo)
- Seguridad
- Estabilidad
- Confianza
- Intimidad
- Plenitud
Sin embargo, en el caso de estar en una pareja dependiente o tóxica, las sensaciones serán todo lo contrario:
- Estancamiento
- Falta de energía
- Insatisfacción
- Diferencias (Sensación de ser desconocidos)
- Inseguridad
- Inestabilidad
- Desconfianza
- Dificultad para intimar
- Vacío interior
Amigos
La amistad es la unión entre una o varias personas, distintas a nuestra pareja y nuestra familia, por afinidad y confianza. Una amistad también puede cubrir nuestras necesidades afectivas, de aprobación, de seguridad o de pertenencia a un grupo qué, como seres sociales que somos, también necesitamos.
La funciones que distinguen a una amistad de una relación de pareja serán por tanto, la sexual y la de procreación.
Una amistad saludable, se basará en la total empatía entre las partes y, del mismo modo que ocurre en las relaciones de pareja, se mantendrá y se fortalecerá, en la medida en que sintamos que nos reporta beneficios.
Algunos de los valores destacables en una verdadera amistad serán:
- Comunicación
- Empatía
- Lealtad
- Respeto
- Confianza
Aunque existen muchos más.
En definitiva, una buena amistad, estará basada en compartir experiencias, tanto positivas como negativas, formas de pensar, de sentir y de vivir. Un indicador de amistad, es sentir que encajamos, que somos parte del grupo, que existe una coherencia y una concordancia entre quienes somos y quienes somos con nuestros amigos.
Emociones y vínculos afectivos
Desde que nacemos, estamos destinados a depender de una o varias personas significativas, por lo que esta necesidad ya se establece desde el vientre materno. Incluso en la prehistoria, la ley natural favorecía a los que tenían vínculos afectivos, de tal forma que sólo sobrevivían aquellos que contaban con un grupo que les protegiera.
Es tan importante el apego para la supervivencia, que nuestro cerebro cuenta con un mecanismo de seguridad encargado de establecer y mantener nuestra relación con la figura de apego. Esta unión se mantendrá a través de una serie de emociones y conductas, que nos garantizarán la protección mientras estemos cerca de dichas figuras. Este mecanismo se llama “sistema de apego” y tal como ya hemos comentado, nos servirá para adquirir seguridad, calmar el estrés, regularnos emocionalmente y conocer el mundo exterior.
Esto explica por qué los niños se sienten ansiosos cuando son separados de la figura materna y la buscan. Esta ansiedad también persistirá durante la edad adulta, ante la interpretación de peligro o separación de algún ser querido.
La falta de confianza y los miedos de los padres, también influirán en la edad adulta de sus hijos, traducidos en exceso de control e inflexibilidad.
Conclusión
Tal y como hemos visto a lo largo del artículo, los vínculos afectivos se producen a causa de un mecanismo cerebral que nos sirve para garantizar nuestra supervivencia. Además dichos vínculos nos proveen de multitud de beneficios: nos ayudan a crecer, a relacionarnos, a adquirir soltura con nuestro entorno, a regularnos emocionalmente, a controlar el estrés y en definitiva a conseguir la felicidad
De ahí que la calidad de los vínculos afectivos que tengamos, también sea un factor determinante sobre nuestra salud física y mental.
Imágenes cedidas por: Pexels y Rhone
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